Santísima Madre de Dios y Madre de la Vida,
al contemplarte en el misterio de la Visitación,
queremos imitar tu bondad
y disposición para ayudar a los demás.
al contemplarte en el misterio de la Visitación,
queremos imitar tu bondad
y disposición para ayudar a los demás.
Queremos como vos, ser portadores de Jesús
Buen Samaritano y Señor de la Vida.
Queremos ser instrumentos de su Gracia
que santifica, consuela y siembra en los corazones
la alegría, la vida y la esperanza.
Buen Samaritano y Señor de la Vida.
Queremos ser instrumentos de su Gracia
que santifica, consuela y siembra en los corazones
la alegría, la vida y la esperanza.
Que tu presencia nos anime
a dar testimonio fecundo de nuestra fe
para que podamos defender, con coraje y verdad,
la dignidad de cada ser humano,
en la justicia, en la paz y el amor.
a dar testimonio fecundo de nuestra fe
para que podamos defender, con coraje y verdad,
la dignidad de cada ser humano,
en la justicia, en la paz y el amor.
Ayúdanos en la construcción
de una sociedad fraterna,
donde prevalezcan los frutos del Reino de tu Hijo
y, siguiendo tú ejemplo,
seamos dóciles al soplo del Espíritu.
Madre en tus manos
ponemos nuestros deseos y acciones,
que siempre las realicemos
en el nombre de tu hijo Jesús,
que vive y reina por los siglos de los siglos.
de una sociedad fraterna,
donde prevalezcan los frutos del Reino de tu Hijo
y, siguiendo tú ejemplo,
seamos dóciles al soplo del Espíritu.
Madre en tus manos
ponemos nuestros deseos y acciones,
que siempre las realicemos
en el nombre de tu hijo Jesús,
que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén