1930 - 1973
A 41 AÑOS DE SU ASESINATO,
RECORDAMOS CON ADMIRACIÓN
EL TESTIMONIO DE SU VIDA
EVANGÉLICAMENTE COMPROMETIDA
CON LOS POBRES
«Nada ni nadie me impedirá servir a Jesucristo y a su Iglesia, luchando
junto a los pobres por su liberación. Si el Señor me concede el privilegio, que
no merezco, de perder la vida en esta empresa, estoy a su disposición.» P. Carlos Mugica
«Ahora más que nunca tenemos que estar junto al pueblo.»
P. Carlos
Mugica (palabras pronunciadas al sufrir el atentado que le costó la vida)
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Carlos
Mugica nació en Buenos Aires el 7 de octubre de 1930.
Fue ordenado
Sacerdote el 20 de diciembre de 1959.
Fue
asesinado por la “Triple A” el 11 de mayo de 1974 al salir del templo de San
Francisco Solano, Bº de Floresta, Buenos Aires, después de celebrar la Misa.
Tenía 43 años.
Actualmente,
sus restos descansan en la Villa 31, junto a los pobres a quienes amó y sirvió
como sacerdote, hasta dar su vida por ellos, a ejemplo del buen Pastor,
Jesucristo, el Señor.
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“Hay que decir sin
vueltas que existe un vínculo inseparable entre nuestra fe y los obres. Nunca
los dejemos solos.”
(Papa Francisco, “La alegría del Evangelio”, n. 48)
EL MENSAJE DEL PADRE CARLOS MUGICA
Textos breves de sus
homilías y escritos:
«Necesitamos sentirnos
hondamente amados por Dios, para poder amar a los demás y para poder asumir la
lucha que hoy tienen que asumir todos los cristianos… por la justicia.
«El compromiso político
del cristiano es irrenunciable, entendiendo la política como la definía santo
Tomás de Aquino: “La acción tendiente al bien común”.»
«Los cristianos tenemos
que estar presentes en la profunda revolución cultural que debemos realizar
desde el Evangelio.
«Tenemos que crear una
sociedad nueva donde sea reconocida y valorada la capacidad de amar, de servir,
la solidaridad.»
P. Carlos Mugica
«Lo que decide la
amistad con Cristo es el compromiso con los hombres. De modo que hoy, un
sacerdote realiza su papel sacerdotal en la medida en que se compromete hasta
los tuétanos con los hombres. Hoy, el compromiso de amor con los hombres es un
compromiso político, en el sentido amplio de la palabra.»
P. Carlos Mugica
«No tengamos miedo a
quienes nos pueden quitar la vida, porque no nos pueden quitar la Vida. Nos
podrán matar, pero no quitar la vida eterna. Nadie nos puede impedir llegar a
Dios; nadie.
«Temamos a quienes nos
pueden anestesiar el alma y el corazón. Tengamos miedo a esta sociedad en la
que vivimos, que algunos llaman de consumo, aunque sólo sea de consumo para
algunos y de hambre para muchos.»
P. Carlos Mugica
MEDITACIÓN EN LA VILLA
Señor, perdóname por haberme
acostumbrado a ver que los chicos que parecen tener ocho años, tengan trece.
Señor, perdóname por haberme
acostumbrado a chapotear por el barro; yo me puedo ir, ellos no.
Señor, perdóname por haber aprendido
a soportar el olor de las aguas servidas, de las que me puedo ir y ellos no.
Señor, perdóname por encender la luz,
olvidándome que ellos no pueden hacerlo. Señor, yo puedo hacer huelga de hambre
y ellos no; porque nadie hace huelga con su hambre.
Señor, perdóname por decirles “no
sólo de pan vive el hombre” y no luchar con todo para que rescaten su pan.
Señor, quiero quererlos por ellos y
no por mí. Ayúdame.
P. Carlos Mugica