A la comunidad:
Desde
la Pastoral Social de la Parroquia queremos manifestar una seria preocupación
referida al modo cómo la Policía de la Provincia de Córdoba ha actuado en
varios de los barrios de la Parroquia (IPV Argüello, Villa 9 de Julio, Villa Cornú,
Villa Hermana Sierra, etc.). Hemos sido testigos durante estas últimas semanas
de una serie de operativos policiales
(llamados "de saturación") en las calles, con una ingente cantidad de
móviles (autos, camionetas, motos, helicóptero... ¡hasta un camión de los
bomberos!), en los cuales detienen en la calle sin motivo a los transeúntes,
especialmente jóvenes varones y pobres, sin causa que lo justifique,
maltratándolos verbal y físicamente, humillándolos moralmente e intentando, por
medio de estos maltratos y una espectacular ostentación de armas de gran
calibre, infundir miedo en ellos y en los que observamos estas cosas (por ej.
una abuela de Villa Cornú que veía cómo seis uniformados apuntaban con armas
largas a un muchachito que se encontraba en la parada del colectivo); en Villa
9 de Julio entraron de noche a los precarios domicilios de la gente, en algunos
casos abriendo la puerta a patadas y tumbando por tierra muebles en busca de
vaya a saber qué, sin exhibir ninguna orden judicial de allanamiento.
Entre
tanto, la delincuencia continúa funcionando a las mil maravillas, es decir, que
lejos de haber disminuido, pareciera haberse incrementado en estos días: robos
a mano armada en las calles, violación de domicilios, arrebatos, múltiples
puntos de venta de drogas que siguen funcionando como si nada. Una anécdota
(entre tantas) ilustrativa de la situación: La hija de una catequista regresaba
de la facultad a su casa en colectivo; en el momento en que bajaba del mismo,
unos delincuentes en moto le agarran la cartera y la hacen caer del colectivo
al piso de la calle; la correa de la cartera no se rompió y la chica fue
arrastrada unos metros por la calle... el colectivo siguió su camino como si
nada; algunos espectadores que se encontraban cerca, continuaron en total
pasividad sin intervenir en absoluto; un automovilista se detiene, se baja del
vehículo, grita a los delincuentes y estos huyen... el hombre se acerca a la
joven víctima del arrebato, tirada en el suelo y ensangrentada, la ayuda a
levantarse y, al observar que un móvil policial se encontraba detenido unos
metros más allá (¡¡¡...!!!), se dirigen a su encuentro... el móvil se puso en
marcha, y se alejó tranquilamente, sin intervenir en la situación.
Nos
preocupa la inseguridad, el aumento de la delincuencia en todas sus formas y
quisiéramos que la Policía, junto con los demás recursos con los que cuenta el
Estado, tomara cartas en el asunto seriamente. Pero esto que vemos dista
muchísimo de ser esa respuesta que los ciudadanos nos merecemos.
Pastoral
Social Parroquial