El Papa Francisco pide “sapientia
cordis”, la sabiduría del corazón. Sabiduría del corazón es servir al
hermano. Sabiduría del corazón es estar con el hermano. Sabiduría del
corazón es salir de sí hacia el hermano, es ser solidarios con el hermano sin
juzgarlo.
Conferencia Episcopal Argentina –
Comisión Episcopal para la Pastoral de la Salud – Día Nacional del Enfermo
Domingo 8 de noviembre de 2015. Carta Pastoral a las comunidades.
“Ponele corazón, amá a los
enfermos”.
Queridos hermanos:
El Papa Francisco nos pide este
año, en su mensaje para la XXIII Jornada Mundial del Enfermo, que vivamos en la
perspectiva de la sapientia cordis, la sabiduría del corazón. Hemos
querido, como Comisión Episcopal, dejar que un mismo tema nos una para celebrar
el Día Nacional del Enfermo, para que, trabajándolo en nuestras comunidades,
podamos recuperar la mirada hacia los que sufren con actitud contemplativa.
Esta sabiduría no es un conocimiento teórico, abstracto, fruto de
razonamientos, sino una actitud infundida por el Espíritu Santo en la mente y
en el corazón de quien sabe abrirse al sufrimiento de los hermanos y reconoce
en ellos la imagen de Dios.
Sabiduría del corazón es servir al
hermano. Cuántos cristianos dan testimonio también hoy, no con las palabras,
sino con su vida radicada en una fe genuina, estando junto a los enfermos que
tienen necesidad de una asistencia continuada, de una ayuda para lavarse, para
vestirse, para alimentarse. Este servicio, especialmente cuando se prolonga en
el tiempo, se puede volver fatigoso y pesado. Es relativamente fácil servir por
algunos días, pero es difícil cuidar de una persona durante meses o incluso
durante años, incluso cuando ella ya no es capaz de agradecer. Y, sin embargo,
es un gran camino de santificación. En estas circunstancias, ¡qué importante
que es la familia!, y ¡cuán difícil es a veces tener un ser querido enfermo!
Los familiares también necesitan de la cercanía del Señor, y del apoyo especial
de la Iglesia.
Sabiduría del corazón es estar con
el hermano. En este Año
de la Vida Consagrada, cómo no resaltar y agradecer los testimonios de
entrega de tantos consagradas y consagrados que, a lo largo de la historia, han
donado su vida y, junto a los enfermos y sufrientes, siguen siendo imagen de
Jesús. Cómo no reconocer ese generoso acompañamiento, tantas veces silencioso y
no lo suficientemente valorado, para confortar y consolar con cercanía y amor.
Hombres y mujeres, profetas del Reino en el mundo de la salud, testigos de la
fe y la caridad, que anuncian con su entrega cotidiana: “Yo estoy en medio de
ustedes como el que sirve” (Lc 22,27)
Sabiduría del corazón es salir de
sí hacia el hermano. A veces nuestro mundo olvida el valor especial del tiempo
empleado junto a la cama del enfermo, nos olvidamos de la dimensión de la
gratuidad, del ocuparse, desconociendo aquella palabra del Señor, que dice: «A
mí me lo hicisteis» (Mt 25,40).
Sabiduría del corazón es ser
solidarios con el hermano sin juzgarlo. La caridad tiene necesidad de tiempo
para curar a los enfermos, para visitarles, para estar junto a ellos, como
hicieron los amigos de Job: «Luego se sentaron en el suelo junto a él, durante
siete días y siete noches. Y ninguno le dijo una palabra, porque veían que el
dolor era muy grande» (Jb2,13). La caridad verdadera, es participación que no
juzga. La experiencia de Job encuentra su respuesta auténtica sólo en la Cruz
de Jesús, acto supremo de solidaridad de Dios con nosotros, totalmente
gratuito, totalmente misericordioso. Y esta respuesta de amor al drama del
dolor humano, especialmente del dolor inocente, permanece para siempre
impregnada en el cuerpo de Cristo resucitado, en sus llagas gloriosas, que son
escándalo para la fe pero también son verificación de la fe (Cf. Homilía con
ocasión de la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II, 27 de abril de 2014).
María, Sede de la Sabiduría,
intercede, como Madre nuestra por todos los enfermos y los que se ocupan de
ellos. Haz que en el servicio al prójimo que sufre y a través de la misma
experiencia del dolor, podamos acoger y hacer crecer en nosotros la verdadera
sabiduría del corazón.
+ Mons. Alberto G. Bochatey, O.S.A.
(Presidente)
+ Mons. Ricardo Faifer + Mons.
Oscar Sarlinga + Mons. Luis Urbanc