sábado, 7 de noviembre de 2015

Día Nacional del Enfermo


El Papa Francisco pide “sapientia cordis”, la sabiduría del corazón. Sabiduría del corazón es servir al hermano. Sabiduría del corazón es estar con el hermano. Sabiduría del corazón es salir de sí hacia el hermano, es ser solidarios con el hermano sin juzgarlo.
Conferencia Episcopal Argentina – Comisión Episcopal para la Pastoral de la Salud – Día Nacional del Enfermo Domingo 8 de noviembre de 2015. Carta Pastoral a las comunidades.

“Ponele corazón, amá a los enfermos”.

Queridos hermanos:
El Papa Francisco nos pide este año, en su mensaje para la XXIII Jornada Mundial del Enfermo, que vivamos en la perspectiva de la sapientia cordis, la sabiduría del corazón. Hemos querido, como Comisión Episcopal, dejar que un mismo tema nos una para celebrar el Día Nacional del Enfermo, para que, trabajándolo en nuestras comunidades, podamos recuperar la mirada hacia los que sufren con actitud contemplativa. Esta sabiduría no es un conocimiento teórico, abstracto, fruto de razonamientos, sino una actitud infundida por el Espíritu Santo en la mente y en el corazón de quien sabe abrirse al sufrimiento de los hermanos y reconoce en ellos la imagen de Dios.
Sabiduría del corazón es servir al hermano. Cuántos cristianos dan testimonio también hoy, no con las palabras, sino con su vida radicada en una fe genuina, estando junto a los enfermos que tienen necesidad de una asistencia continuada, de una ayuda para lavarse, para vestirse, para alimentarse. Este servicio, especialmente cuando se prolonga en el tiempo, se puede volver fatigoso y pesado. Es relativamente fácil servir por algunos días, pero es difícil cuidar de una persona durante meses o incluso durante años, incluso cuando ella ya no es capaz de agradecer. Y, sin embargo, es un gran camino de santificación. En estas circunstancias, ¡qué importante que es la familia!, y ¡cuán difícil es a veces tener un ser querido enfermo! Los familiares también necesitan de la cercanía del Señor, y del apoyo especial de la Iglesia.
Sabiduría del corazón es estar con el hermano. En este Año de la Vida Consagrada, cómo no resaltar y agradecer los testimonios de entrega de tantos consagradas y consagrados que, a lo largo de la historia, han donado su vida y, junto a los enfermos y sufrientes, siguen siendo imagen de Jesús. Cómo no reconocer ese generoso acompañamiento, tantas veces silencioso y no lo suficientemente valorado, para confortar y consolar con cercanía y amor. Hombres y mujeres, profetas del Reino en el mundo de la salud, testigos de la fe y la caridad, que anuncian con su entrega cotidiana: “Yo estoy en medio de ustedes como el que sirve” (Lc 22,27)
Sabiduría del corazón es salir de sí hacia el hermano. A veces nuestro mundo olvida el valor especial del tiempo empleado junto a la cama del enfermo, nos olvidamos de la dimensión de la gratuidad, del ocuparse, desconociendo aquella palabra del Señor, que dice: «A mí me lo hicisteis» (Mt 25,40).
Sabiduría del corazón es ser solidarios con el hermano sin juzgarlo. La caridad tiene necesidad de tiempo para curar a los enfermos, para visitarles, para estar junto a ellos, como hicieron los amigos de Job: «Luego se sentaron en el suelo junto a él, durante siete días y siete noches. Y ninguno le dijo una palabra, porque veían que el dolor era muy grande» (Jb2,13). La caridad verdadera, es participación que no juzga. La experiencia de Job encuentra su respuesta auténtica sólo en la Cruz de Jesús, acto supremo de solidaridad de Dios con nosotros, totalmente gratuito, totalmente misericordioso. Y esta respuesta de amor al drama del dolor humano, especialmente del dolor inocente, permanece para siempre impregnada en el cuerpo de Cristo resucitado, en sus llagas gloriosas, que son escándalo para la fe pero también son verificación de la fe (Cf. Homilía con ocasión de la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II, 27 de abril de 2014).
María, Sede de la Sabiduría, intercede, como Madre nuestra por todos los enfermos y los que se ocupan de ellos. Haz que en el servicio al prójimo que sufre y a través de la misma experiencia del dolor, podamos acoger y hacer crecer en nosotros la verdadera sabiduría del corazón.

+ Mons. Alberto G. Bochatey, O.S.A. (Presidente)

+ Mons. Ricardo Faifer + Mons. Oscar Sarlinga + Mons. Luis Urbanc