En la Navidad escuchamos con gozo: “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres amados por él!” (Lc. 2, 14).
Renovamos
la certeza de sabernos amados y visitados por Dios, y celebramos el anuncio de
paz como un don que tiene su fuente en Dios y su camino en Jesucristo. La paz
siempre es un desafío y una tarea para todo hombre y mujer de buena voluntad.
Queremos compartir la alegría de este anuncio para construir juntos una Patria
más fraterna. Navidad es, en la persona de Jesús, el comienzo de lo nuevo.
Sabemos
que lo que compromete la paz tiene su raíz en el corazón del hombre herido por
el pecado. Vemos sus consecuencias en los desequilibrios sociales y económicos
que reclaman un orden mundial más justo; en el desprecio por la vida que es el
derecho fundamental de la persona; en el delito del narcotráfico y la trata de
personas; en los fanatismos que utilizan el nombre de Dios para justificar la
muerte; en el odio que cierra el camino a la reconciliación; en la corrupción y
la falta de ejemplaridad que empobrece el nivel moral de la sociedad; en una
cultura individualista que debilita los vínculos personales y los lazos
comunitarios; en un modo de pensar que privilegia el éxito del tener sobre la
riqueza del ser y sus valores. Navidad es el sí de Dios al hombre para
acompañarlo a crear un mundo más humano, justo y fraterno.
En
Navidad Dios se hace cercano y asume nuestra condición humana haciéndonos sus
hijos y renovando los vínculos familiares y sociales. Mirando el pesebre en
esta Navidad, se nos invita a renovar el mandamiento del amor y a decir juntos
la oración que nos ha acompañado durante estos años: Danos, Señor, la valentía
de la libertad de los hijos de Dios para amar a todos sin excluir a nadie,
privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos ofenden, aborreciendo el
odio y construyendo la paz. Concédenos la sabiduría del diálogo y la alegría de
la esperanza que no defrauda. Que María Santísima, nuestra Madre de Luján, nos
acompañe en este camino de amor, de justicia y de paz, para alabanza de Dios y
al servicio de nuestra Patria.
169º Reunión Comisión Permanente
de la Conferencia Episcopal Argentina
17 de diciembre de 2014
de la Conferencia Episcopal Argentina
17 de diciembre de 2014